lunes, 30 de marzo de 2015

Solo trato de disfrutar un poco

Mi primer viernes en Barcelona, mi casi primera semana y como siempre la noche es joven. Claro, es viernes, es maravilloso porque ya no trabajas más, pero todo va color de rosa hasta que recuerdas que estás solo, entonces en principio te sientes un hongo, pones cara larga, todo se torna café y medio se te arruina el ánimo, pero no, está vez yo no quería que así fuera, pues ya me había mejorado de mi resfrío, tenía mi cámara en la mano y no me perdería la oportunidad de recorrer Barcelona o al menos alguna parte de esta ciudad.

Salí de mi trabajo con la idea de pasear para pasarlo bien. Recordé que una amiga me recomendó Las Ramblas, una calle turística y muy larga de Barcelona, yo diría una de sus calles muy famosas, está llena de extranjeros, turistas de todo el mundo, culturas, arquitectura, kioscos, restaurantes, etc. En resumen y en mi conclusión es el punto neurálgico y de encuentro de Barcelona, si alguien tiene otro me lo puede decir...

Mi viaje empezó en la estación de metro de Poblenou L4 hasta Drassanes L3, fue un recorrido rápido y por fortuna no me perdí. Al salir de la estación del metro me topé con la estatua de Colón, ahí mismo supuse que debía caminar hacia el lado opuesto del monumento aquel. Entonces emprendí mi caminata hacia Plaza Catalunya entre luces, gente, fotografiando sin miedo a que me robaran la cámara o a que alguien se sintiera amenazado, en ese momento yo era igual que ellos, una turista.

Caminé por las ramblas, desviándome por pequeñas calles que me llevaban a descubrir otros lugares, estaba tan contenta de vivir aquella experiencia en medio de luces, música, gente, acentos, que no tuve miedo de perderme. Todo iba tomando forma para mí, todos esos lugares que algunas personas me recomendaron por fin tuvieron su propia cara y forma. Por fin mi paseo entre fotográfico y de descubrimiento me llevaron a la Plaza Catalunya, por fin, vi un inmenso y horrible edificio que rompe con toda la bonita estética arquitectónica de Barcelona y por sobre todo de esta plaza, tal edificio tenía un letrero de luces verdes que decía "el corte inglés", me dije ahhhh el famosillo... claro yo busqué el metro y me metí, ya quería regresar a mi casa y no podía prolongar mi resfrío.

Llegué al edificio en donde me hospedo, me metí al ascensor que más que ascensor es una cámara mortuoria, en donde con suerte caben dos personas o una y media, depende del tamaño de ellas, creo que por ascensor tiene el nombre nomás, pero de eso no se trata este relato, se trata de que saqué mis llaves del bolsillo para abrir la puerta del departamento con tan mala suerte que al abrir la puerta del ascensor se me enredaron las llaves y se fueron justo entre ese minúsculo hoyo existente entre el piso del ascensor y el piso del edificio, en ese momento sentí que un pedazo del alma se me fue abajo, sentí el mismo vértigo que habrían sentido las llaves al caer, solo pude decir noooooo!!!!, y escuchar muy, pero muy lejos un sonido metálico pah!, no podía ser peor mi suerte, segunda o casi tercera bienvenida a Barcelona, pero por qué a mí, si solo trato de disfrutar un poco, de integrarme de conocer, en definitiva el paseo no termina hasta que llegas a casa.

Me sentí algo violentada por mí, por mi torpeza y estupidez juntas; sin embargo, recordé que la secretaria de la fundación para la que trabajo me había pasado unas llaves con las que pude entrar al departamento, pero para mi mala suerte no podía salir del edificio. Entonces llamé a un buen amigo, le pregunté qué hacer y me recomendó hablar con la administradora del edificio, así hice y ella muy amablemente me dio una copia de su llave, claro, todo esto no sin antes pasar por el ridículo de explicarle sobre mi tragicómica experiencia a lo que ella designó como puñetero, no se me olvidara jamás como tampoco su gesto.

En definitiva, el paseo no termina hasta que estás dentro de casa sano y salvo...

 





domingo, 22 de febrero de 2015

29 de enero: licencia en casa

Jueves, no fui al trabajo por mi resfrío, pero al menos lo pasé en casa, aunque salí por unas horas a caminar y respirar el aire de esta ciudad que recién estaba empezando a disfrutar.

Como no conocía el barrio, pensé que lo mejor sería recorrer algunas calles con el mapa en mano y así ubicar al menos un supermercado y la estación de bus. Entonces, mientras iba caminando por la calle Passeig de Maragall, mirando las cosas que había por allí, no encontré ningún súper, pero caminé y luego cuando iba de regreso a casa, me topé con un viejo que me preguntó si estaba buscando alguna calle, yo le respondí que no, luego me percaté de que desde una mesa que había en la calle otro señor decía déjala ¿no ves que hace turismo?, y yo afirme si eso hago... ¿Y sabe en dónde hay un supermercado? El viejo me dijo que cruzando la calle y señaló con el dedo. El otro que estaba sentado seguía diciéndole al viejo que me dejara en paz, cosa que me ponía más nerviosa porque aclaro ninguno de los tres se conocía y la situación era un poco absurda para mi gusto y ya soy absurda...

El viejo se atrevió a preguntarme de dónde venía y le respondí, me dio algo de miedo porque muchas colombianas vienen a trabajar de prostitutas y no quería que pensara que yo también y que a lo mejor estaba buscando "trabajo", por fortuna no sucedió, pero el viejo insistió preguntándome que si necesitaba compañía para ir a donde fuera yo le dije que no y que muchas gracias. Por otro lado, el tipo que gritaba desde la mesa se puso más intenso y yo me puse nerviosa, no sé como lo hice, pero al final me retiré de allí.

Al cabo de caminar un poco más encontré la parada de bus que me serviría para irme al trabajo y para bajarme. Tomé unas fotos para recordarla y seguí a casa, por suerte encontré un supermercado cerca, entré e hice las compras, lo que no me gustó fue que la tipa pesada que estaba de cajera me pidió que abriera mi bolso para ver si había tomado algo... bueno, parece que es normal esto aquí, pero yo no llevaba nada. A lo mejor ella se confundió por la cara de ladrona que tengo (qué gracioso).

Pero así son las cosas y nunca terminas tu paseo hasta que llegas a casa.


sábado, 7 de febrero de 2015

De lo que pasó entre el 26 hasta el 28

Se arregló la calefacción o mejor supe como usarla y llegó mi primer día de trabajo acá en Barcelona, no conocía a nadie y estaba nerviosa, sin embargo agradecí haber sido bien recibida allí y con muchas sonrisas, no me quejo...
 
El único PERO que tuve es que en la oficina había un coro de estornudos, toses y sorbidas de mocos, hasta mi jefa hacia parte de ese coro, era gracioso, pero dejo de serlo hasta que yo caí también y me dolía el pecho cada vez que tosía, el ánimo por el piso y más encima sola.
 
Claro acá recién estoy conociendo gente y básicamente todos son del trabajo y ya sabemos que varias veces las relaciones laborales se reducen a eso y no se va más allá para crear una amistad, que es posible también.
 
Entonces, me entró el bajón, la mamitis un poco, tener quien te apapache te haga el caldito para que te sientas mejor, te pase la medicina, te hable, te toque la frente para saber si tienes fiebre, etc. todas esas cosas uno las termina extrañando estando tan lejos, además que tampoco puedes hacer mucho en un nuevo lugar y mas encima enfermo.
 
Mi jefa se preocupó y me pidió que llamara al médico, le hice caso. El médico fue hasta la oficina a examinarme, me dijo que tenía los síntomas normales de un resfriado y que los cambios de temperatura me afectaban, en especial el calor. Me dijo que me quedara uno o dos días en casa, me envió medicinas. En conclusión, mi jefa me pidió que el jueves 29 me quedara descansando en casa y regresara el viernes 30 al trabajo. Semana uno, resfrío uno y un día de licencia suerte o no, me sirvió para mejorar.
 
Encontré esto que me sirvió para reflexionar por esos días.
 
 

25 y el agua fría

Desperté el domingo como a las 11 am, una buena hora para despertar un domingo, por fortuna mi jefa me invitó a almorzar, bueno eso sí, su esposo iba a esperarme en alguna parte cerca la casa de ellos para que yo no me perdiera.
 
Sin embargo, cuándo fui a bañarme, no había agua caliente, revisé la caldera y no servía tampoco, entonces pensé ¡genial! Invierno, agua helada, usemos ciertas costumbres rusas para apalear el frío y de paso contribuir con el resfrío. Me bañé como los gatos, con la lengua y por los lados, con agua horriblemente fría. No me bañé el pelo por si se lo preguntaban.

Fue mi primer día tomando metro y por fortuna no me perdí, no sé si les conté que tengo un GPS mental que no me funciona para nada, pero como no soy tan tímida, suelo preguntar cualquier estupidez para no sentirme perdida, ¡ah!, y lo mejor es que si me llego a perder o a sentir perdida, sigo caminando para adelante y giro hacia alguna parte. Seguí las instrucciones que me dio el esposo de mi jefa para llegar hasta donde me iba a salir a encontrar. Al llegar me dijo espera, tenemos que ir primero a comprar el almuerzo, pues bien, ellos iban a comprar a un sitio del que no recuerdo el nombre, un pequeño restaurante con el formato típico de los lugares en Barcelona, pero con un ambiente agradable, los meseros te saludan amigablemente y como al parecer mi jefa y su esposo son clientes asiduos, pues había un poco más de cercanía.

Pero claro, nada podía pasar sin que sucediera algo que me descolocara, algo extraño pienso yo, pero en algún momento un mesero de los que atendía saludó al esposo de mi jefa y le dio la mano, a mí también me saludó, me dio la mano y se retiró, pero el esposo de mi jefa dijo "ella es una compañera del trabajo de mi esposa" y giró la cabeza para ver si estaba el mesero que saludó y no lo vio, obviamente. Entonces me miró y yo lo miré con cara de interrogante, él me dijo "es que no quiero que piense que estoy saliendo contigo" y yo bueno no me fui de culo porque estaba sentada, pero me acordaba de los muñequitos de Condorito cuando al final se caen y usan la palabra ¡plop! Así mismo quedé yo, que al final no supe si ofenderme o pensar en lo ridícula la situación, preferí reír.

Advierto, no tengo nada en contra de este pobre hombre que ama a su mujer y teme que quizá le inventen chismes por ir con la compañera de trabajo de su esposa a buscar comida, creo que de paso admiraré que tuvo los huevos para tratar de aclarar que él y yo no somos nada, pero, por otra parte, no dejo de pensar en lo macabeo del tipo que hasta ternura me dio, lo digo con respeto y me pregunto ¿todos los hombres casados intentan dejar claro que son casados y solo están con su mujer? Bien allá cada quien con sus asuntos. Me quedó claro que él es un buen hombre y ama a su mujer.

Dejo un link en donde se encuentran mis primeras fotos acá en Barcelona.
 
 

jueves, 5 de febrero de 2015

Enero 23/24 casi 25

Mi viaje empezó desde Bogotá a Barcelona, vine por cuestiones laborales a las que llamaré capacitación o la oportunidad de darte un chapuzón por Europa por un tiempo corto pero considerable para que sea una aventura.
 
Viajé en la noche, sabía que me esperaba un vuelo de aproximadamente 10 horas, si me equivoco da lo mismo, porque en poco tiempo hice un viaje al futuro, pues mientras muchos de ustedes dormían o recién se levantaban en Bogotá yo ya estaba a las 2 pm en Barcelona, es decir viviendo su tarde y su futura tarde, loco ¿no? Claro lo gracioso fue que en el avión me dieron desayuno y no almuerzo...para no sentirme extraña recordé a aquellas personas que hacen de su almuerzo un desayuno también. Lo bonito de este trayecto y que debo registrar, es que como no podía dormir, abrí por un momento la ventanilla del avión y pude ver dos estrellas fugaces (lo admito durante mis 27 años casi 28 jamás había visto una).
 
Al llegar acá, se suponía que iba a encontrar a mi jefa en el aeropuerto esperándome y eso jamás sucedió, ella no estaba allí. Traté de usar el celular que me dieron en Colombia para llamarla, pero no encontré el código para desbloquearlo, entonces recordé que aún existen los teléfonos públicos, no lo pensé mucho y arrastré mis maletas hasta la ventanilla de información en donde me atendió un mexicano y me indicó con su acento ¡órale! la ubicación del teléfono.
 
Busqué el euro en alguna parte y lo usé para llamar a mi jefa, que me contesta desde su casa diciéndome que no había podido ir, pero que su esposo estaba esperando por mi, yo no lo conocía por cierto, bueno ella lo describió y me dio el código para desbloquear el celular, pude comunicarme con él. Me dijo en dónde se encontraba y de nuevo con mis maletas a rastras fui a encontrarlo. Lo vi y en sus manos tenía un letrero con mi nombre, pero la tinta era demasiado clara, entonces no habría podido identificarlo (hahahahaha)...Nos presentamos, fuimos al auto y llegamos a su casa, bueno la de mi jefa también, aunque yo no iba a quedarme allí.
 
Conocí a mi jefa que estaba demasiado resfriada, se portó bien conmigo pero no quiero ahondar en esto porque realmente no es interesante, que sepan que fui bien recibida y no hubo inconveniente alguno, mas que su resfrío se me pegó casi que al instante. Bien, hice lo que todos hacen en la rutina cuando se viene de Colombia, ir al súper, comprar lo necesario para comer, asearte y estar cómodo en un país que no es el tuyo y con unas costumbres algo diferentes...

Después, el esposo de mi jefa me trajo al departamento en dónde habito y habitaré el próximo tiempo...Me quedé instalada, con la calefacción trabajando y ordené mis cosas. Como ya era muy tarde y ahora sí sentía sueño me fui a dormir, por fortuna no experimenté mucho jet lag es más ni supe que era eso y si alguien pudiera explicarlo, se lo agradecería. Dormía profundamente hasta que el frío hizo de las suyas me mandó al baño tipo 3 am, pero al salir del baño sentía que trataban de abrir mi puerta y yo me asusté pero no me quería asomar, luego pensé que podría ser alguien más de mi trabajo que venía a instalarse en el departamento; preferí llamar a mi jefa o mejor al esposo de mi jefa, él me dijo que me asomara y preguntara quién era, así hice...Vi a través del ojo mágico un hombre (tenía la cabeza agachada, llevaba camisa color claro, pelo oscuro, piel blanca, intentaba abrir la puerta) se lo conté al esposo de mi jefa, él me sugirió que preguntara quién era, el tipo del otro lado me respondió "ábreme" y yo le pedí su nombre, me insistió con la misma respuesta "ábreme, soy yo". Yo pensaba si tu eres tu a mi que me importa, quién eres o llamo a la policía, él me dijo "llámala", insistí preguntándole su nombre, me dijo "es Jordi", "Jordi qué", "es Jordi", me asusté más porque él intentaba abrir la puerta, entonces mi jefa no vaciló un minuto más y llamó a la policía.
 
Me quedé mirando al tipo que se sentó contra la puerta, en ese momento un olor a alcohol pasó por debajo y llegó hasta mi, claro el tipo estaba borracho y a lo mejor se equivocó de departamento. Corté la llamada con mi jefa y su esposo cuando me dijeron que ya venía la policía para el departamento, luego vi al tal Jordi subir las escaleras, era claro el tipo vivía arriba y en su borrachera no supo llegar a casa, pero si me metió un tremendo susto.
 
La policía llegó 10 minutos más tarde, llegaron 5 tipos (uno que otro guapo), me preguntaron sobre lo qué pasó, les conté la historia y subieron a revisar el piso de arriba, no había nadie, me confirmaron que efectivamente el tipo este se había equivocado. Como no había nada sospechoso ni grave, se fueron y yo volví a consolar mi sueño después de tremendo susto.
 

¡Bienvenida a Barcelona!

Un diario que comenzó en Barcelona

Creo que en mi vida he tenido un diario, bueno he tenido cuadernos que mi padre me regalaba y que ahora consigo, en donde escribo cosas, frases, hago dibujos ridículos porque admito que jamás aprendí a dibujar, pero un diario en el que registrara mis experiencias no, nunca. Además porque siempre empezaba con la típica frase "Querido diario: (un espacio en blanco)...(un espacio en blanco) Hoy tuve un día (espacio en blanco) mmm fui al colegio y no me pasó nada, fin. Entonces pensaba, para qué un diario si voy a escribir esa basura, un diario lo llevan las personas con cosas interesantes que contar, no chismes de pasillo o tonteras de colegio como se me quedó la tarea, me dejó el bus...en fin. Aunque cabe decir que dentro de todas esas pequeñas y simples cosas siempre hay algo encerrado, algún juego del destino como "las cosas pasan por algo" para que la cosa se invierta y tenga un final distinto eso sí hay que ser un buen observador para notar esos "finales".